El Gobierno nacional anticipó recientemente que, debido a las altas temperaturas previstas para los primeros meses de 2025, se implementarán cortes de luz programados. La demanda de electricidad, que aumenta considerablemente en épocas de calor extremo, sobrecargará la red, lo que puede generar consecuencias negativas en la salud de la población, con un impacto que se estima entre «moderado a alto».
Esta medida busca reducir la saturación de la matriz energética, afectada en gran medida por el alto consumo en espacios habitables. Según expertos de la Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes (ANDIMA), aproximadamente el 34% de la energía consumida en Argentina corresponde a la climatización de hogares, oficinas, comercios y otros espacios. De este porcentaje, en las viviendas argentinas, el 50% del consumo energético se destina a refrigerar o calefaccionar los ambientes, dependiendo de la estación del año.
Javier Maltz, presidente de ANDIMA, subrayó la importancia de la eficiencia energética para mitigar los efectos de la saturación del sistema eléctrico. “Las inversiones en eficiencia energética pueden apoyar a que las ciudades tengan un uso más inteligente de la energía, haciendo que los habitantes no sufran las consecuencias de la saturación de los servicios, como es la electricidad. Con menos consumo de energía, se puede lograr mayor estabilidad en la red y como consecuencia, mayor confort”, afirmó.
La eficiencia energética, definida como «hacer lo mismo o más con menos», resulta crucial en este contexto. En particular, el sector de la construcción tiene un rol clave en reducir el consumo y evitar cortes de luz. “El sector de la construcción es responsable de un tercio del consumo de energía en el país, lo que lo convierte en uno de los sectores con mayor impacto en la demanda energética”, destacó el arquitecto Federico García Zúñiga, consultor técnico de ANDIMA.
Una de las soluciones propuestas por los expertos es la implementación de aislación térmica eficiente, que puede aplicarse tanto en construcciones nuevas como en proyectos de rehabilitación. Según García Zúñiga, la utilización de materiales como lana de vidrio, poliestireno expandido y poliuretano permite reducir significativamente el consumo de energía. “La aislación térmica eficiente no solo mejora la calidad de los ambientes interiores, sino que también reduce la necesidad de climatización, mejorando la salud, el confort y el descanso de los habitantes”, explicó.
El uso de aislación térmica puede generar ahorros de hasta un 70% en las facturas de luz y gas destinados a climatizar los hogares, y un 35% en el consumo total de energía de una vivienda. Además, actuar sobre la envolvente de una vivienda —techo, muros y pisos— es una medida eficiente para evitar las pérdidas energéticas, ya que una mala aislación térmica genera un desperdicio significativo de energía.