Con el fuerte aumento en los costos de construcción —que acumulan un alza del 98% desde octubre de 2023—, cada vez más personas buscan alternativas para acceder a una vivienda sin pagar precios imposibles. En ese contexto, la construcción en seco vuelve a destacarse como una opción más ágil, económica y sustentable.
¿Qué es la construcción en seco?
A diferencia del método tradicional que utiliza mezclas húmedas como cemento o concreto, la construcción en seco se basa en estructuras ensambladas con materiales prefabricados, que se fijan mediante tornillos, clavos o encastres. Esto permite reducir tiempos y costos, y minimizar el uso de agua y otros recursos.
Ventajas clave
- Velocidad de ejecución: puede ser entre un 25% y un 40% más rápida que la construcción tradicional.
- Sustentabilidad: reduce el impacto ambiental, ya que se generan menos residuos y se utilizan materiales reciclables.
- Costos más previsibles: al acortar los plazos, se reduce el impacto de la inflación y el riesgo para los inversores.
- Mejor aprovechamiento del espacio: al tener paredes más delgadas (14-15 cm frente a los 35-45 cm de la construcción tradicional), se ganan metros útiles sin perder calidad estructural ni aislamiento.
- Mayor durabilidad y menos humedad: al no haber cimientos húmedos ni procesos que involucren agua, se minimizan los problemas de humedad a largo plazo.
¿Cuánto cuesta construir en seco en mayo de 2025?
Cabe destacar que este sistema es entre un 12% y un 15% más económico que el tradicional. Si el costo del metro cuadrado de una construcción de buena calidad ronda los US$1400 + IVA, en construcción en seco baja a aproximadamente US$1200.
Además, la mano de obra representa solo entre el 30% y 40% del costo total en este tipo de construcción, mientras que en el sistema tradicional equivale al 50%. En un escenario donde se proyectan aumentos en los salarios y una posible baja en los precios de materiales por la apertura de importaciones, esta diferencia se vuelve aún más significativa.