Con la llegada de las vacaciones de verano, crecen las búsquedas de alquileres temporarios y también los intentos de estafa a través de plataformas online. Para evitar ser víctima de engaños, referentes del sector inmobiliario y entidades de consumidores recomiendan tener en cuenta estas medidas:
1. Contratar inmobiliarias habilitadas
Optar por inmobiliarias registradas ayuda a reducir riesgos, ya que garantizan la existencia real de las propiedades y un respaldo profesional. Es fundamental verificar que el intermediario esté habilitado en el colegio profesional correspondiente.
2. Precaución con los avisos directos
Al tratar con particulares, es recomendable operar únicamente en plataformas reconocidas, verificar los datos de contacto y leer reseñas de clientes anteriores. También conviene revisar la autenticidad del anuncio a través de herramientas como Google Street View y buscar referencias del propietario.
3. Evitar montos de reserva elevados
Es común que se solicite entre un 20% y un 40% del valor total como reserva. Montos mayores o la exigencia de un pago completo anticipado pueden ser señales de alerta.
4. Confirmar la identidad del destinatario
Antes de transferir dinero, comprobar que la cuenta receptora coincida con el nombre de la inmobiliaria o del particular que figura en el contrato.
5. Documentar acuerdos y estado de la propiedad
Solicitar un contrato escrito que detalle todas las condiciones del alquiler, incluyendo servicios y formas de pago. Al ingresar, realizar un inventario exhaustivo, registrar el estado del inmueble con fotos y videos, y exigir constancias al momento de devolver la propiedad.
Otros consejos útiles:
- Negociar precios: las tarifas suelen estar infladas inicialmente. Intentar negociar puede resultar beneficioso.
- Consultar por servicios incluidos: aclarar quién se hará cargo de los costos adicionales como luz, gas o expensas.
- Inspección final: al finalizar la estadía, realizar una revisión conjunta con el propietario para evitar reclamos posteriores.
Tomar estas medidas puede marcar la diferencia entre disfrutar de unas vacaciones tranquilas y enfrentarse a inconvenientes inesperados.