La eficiencia energética emerge como el eje central del sector de la construcción en Argentina para 2025, de acuerdo a un informe de la Cámara Argentina de la Construcción. Este enfoque responde a la urgente necesidad de reducir el consumo energético en un contexto de normativas ambientales cada vez más rigurosas. Aunque el 72% de los proyectos inmobiliarios recientes en el país ya incorporan elementos sustentables, el informe advierte que estos avances aún resultan insuficientes para enfrentar el impacto de las construcciones ineficientes.
En este marco, iniciativas como la de la startup climate tech MACOMA, con sede en el Parque Industrial y de Innovación de Misiones, se perfilan como clave. La compañía desarrollo una nanopintura ecológica que promete reducir hasta 10 grados la temperatura interior de los espacios y disminuir el consumo energético hasta en un 35%.
Jerónimo Peralta, gerente general de MACOMA, subrayó que esta innovación no solo mejora la eficiencia energética, sino que también aporta soluciones concretas al impacto ambiental: “Es nuestro producto estrella. Nació con el propósito de reducir la temperatura en techos y paredes, minimizando el uso de aire acondicionado y, en consecuencia, el consumo de energía”.
Un producto con múltiples beneficios
La nanopintura, compuesta exclusivamente por elementos naturales, se distingue de otras opciones disponibles en el mercado. “No contiene químicos contaminantes ni emite compuestos orgánicos volátiles (VOC). Además, es antimoho, impermeabilizante y funciona como aislante térmico ecológico”, detalló Peralta.
Con una capacidad de producción diaria de 400 litros, la planta de Misiones fabrica la pintura en formatos de 5, 10 y 20 litros, con un rendimiento de hasta 2 m² por litro aplicando dos manos. Según Peralta, los beneficios medioambientales son notables: “Cada 100 m² pintados equivalen a la absorción de CO₂ de una hectárea de bosque, o unos 800 árboles de copa media”.
El producto tiene una vida útil de entre 3 y 6 años, aunque algunos usuarios reportaron que su durabilidad alcanza hasta 10 años antes de necesitar un repintado. Además, su precio competitivo —$130.000 por un balde de 20 litros— lo convierte en una opción más accesible que otras pinturas atérmicas en el mercado, cuyo costo supera los $175.000 para el mismo volumen.
Además el impacto de la nanopintura es validado por diversas instituciones tanto en Argentina como en el extranjero. En el ámbito local, la empresa colaboró con el CONICET y el Instituto de la Vivienda, mientras que en Estados Unidos forma parte del Cool Roof Rating Council (CRRC), la principal organización especializada en techos fríos.
Los estudios realizados, que incluyen mediciones de reflectancia solar (SRI), demostraron un rendimiento térmico superior al de otras pinturas atérmicas con VOC, reforzando la sostenibilidad y efectividad del producto.
La innovación de MACOMA refleja la importancia de integrar soluciones tecnológicas y sustentables en el sector de la construcción para enfrentar los desafíos energéticos y ambientales del futuro. En un contexto donde la eficiencia energética se convierte en prioridad, iniciativas como esta reafirman el potencial de Argentina para liderar el cambio hacia prácticas más responsables y sostenibles.