Las casas del futuro ya no serán solo espacios para habitar, sino refugios que expresan identidad, creatividad y bienestar. Así lo aseguran Julio Oropel y Jose Luis Zacarías Otiñano, reconocidos referentes del diseño y la arquitectura interior en Argentina, quienes marcan tendencia en cada edición de Casa FOA y se nutren de lo último en Milán, Japón y Dinamarca.
La tendencia actual se aleja de los interiores de revista: pulcros, fríos y perfectos. “La decoración dejará de seguir estilos estrictos para volverse más personal, ecléctica y emocional”, explican los diseñadores. La nueva función del diseñador será guiar al habitante entre la enorme cantidad de información disponible y ayudar a dar forma a espacios únicos y auténticos.
Según los referentes del sector, el diseño biofílico cobra fuerza. No se trata solo de sumar plantas, sino de incorporar elementos naturales —como madera, piedra o agua— que mejoren el bienestar y reduzcan el estrés. La iluminación natural, la ventilación cruzada y hasta las huertas con luz artificial forman parte de este concepto. Incluso sostienen que hay una revalorización de técnicas tradicionales como el uso de madera quemada —inspirado en Japón— para lograr mayor durabilidad sin productos químicos.
Además, mencionan que la Inteligencia Artificial y los dispositivos inteligentes se integran sin invadir. La iluminación, la temperatura o la seguridad se manejarán por voz, y los cables desaparecerán gracias a cargadores inalámbricos ocultos.
Se suma también una tendencia creciente en Asia: los robots emocionales como el “Lovot”, un pequeño compañero tecnológico diseñado para brindar afecto y compañía.
Es así que la sostenibilidad ya no es opcional. La arquitectura eco-personalista incorpora materiales reciclados, sistemas de energía solar, recolección de agua y tecnologías eficientes.
El “hempcrete” —mezcla de cáñamo y hormigón— se presenta como un material innovador: aislante, flexible, resistente al fuego y carbono negativo. También regresan materiales nobles como el acero inoxidable, ideal para cocinas modernas y saludables.
Julio Oropel y Jose Luis Zacarías Otiñano, señalan que con la normalización del trabajo híbrido, los espacios se adaptan: oficinas que se transforman en salas de yoga, livings que funcionan como zonas de relax o estudio. La casa se convierte en un verdadero santuario de bienestar.
El nuevo lujo está en la artesanía y los objetos con historia. Se valora lo hecho a mano, lo local, lo emocional. Telas con texturas suaves, cueros vegetales y diseños florales o geométricos conviven con arte contemporáneo y elementos folk con raíces latinoamericanas.
Colores naturales como verdes, azules y tonos tierra dominan las paletas, mientras los vibrantes se reservan para detalles que aportan energía.