Industria y construcción en junio: evolución dispar y perspectivas para lo que viene

La industria manufacturera y la construcción, dos pilares centrales de la economía argentina, registraron en junio resultados contrastantes que muestran la complejidad del panorama productivo actual. Mientras que la actividad industrial cayó un 1,2% respecto de mayo, el sector de la construcción logró un incremento mensual del 0,9%. A pesar de esta diferencia coyuntural, en el acumulado del año ambos sectores exhiben números positivos: la industria crece un 7,1% y la construcción un 10,8% en lo que va de 2025.

De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en la comparación interanual —es decir, frente al mismo mes de 2024— la producción industrial registró una suba del 9,3%, mientras que la construcción aumentó un 13,9%. Estos números, sin embargo, esconden comportamientos internos desiguales, con sectores que muestran mejoras importantes y otros que siguen en terreno negativo.

Industria: una tendencia con altibajos

El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM) correspondiente a junio revela que, si bien el dato interanual es positivo, la medición mensual desestacionalizada refleja una contracción que interrumpe la recuperación observada en abril y mayo. Esta caída se suma a una secuencia de descensos en el indicador tendencia-ciclo durante los últimos cuatro meses, lo que muestra un enfriamiento progresivo de la actividad y la aproximación a una zona de estancamiento.

El análisis sectorial de la industria permite comprender mejor la situación. Entre los rubros con mayores caídas mensuales destacan las industrias metálicas básicas, con un retroceso del 11%; los textiles, que cayeron un 6,6%; el segmento de madera, papel y edición, con una baja del 4,4%; y el sector de sustancias y productos químicos, con una caída del 4,2%. Estos descensos contrastan con algunos repuntes en sectores puntuales que lograron amortiguar la baja general.

Uno de los casos más destacados del mes fue el de la refinación de petróleo, que registró un aumento del 14,3% en junio y compensó parcialmente las caídas de otras actividades. Este desempeño fue clave para que la contracción industrial no fuera más pronunciada. Sin embargo, el peso de las industrias metálicas básicas en el cálculo total provocó que dos tercios de la caída mensual se explicaran únicamente por este sector.

En perspectiva anual, y tomando como referencia diciembre de 2024, algunos sectores mantienen niveles por encima de aquel cierre, lo que sugiere que la evolución no es lineal y que las oscilaciones responden tanto a la demanda interna como a factores externos y de costos.

Industria y construcción en junio: evolución dispar y perspectivas para lo que viene
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Construcción: señales positivas en un contexto volátil

Por su parte, la construcción exhibió en junio un aumento mensual del 0,9%, revirtiendo en parte la caída del 1,8% que había registrado en mayo. El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) refleja, sin embargo, que esta recuperación se da en un marco de volatilidad sostenida, con un comportamiento en «serrucho» que alterna meses de expansión y contracción.

Los datos muestran que la tendencia-ciclo del sector comenzó a marcar valores negativos en mayo y junio, lo que refleja un escenario de recuperación débil y no consolidada. A pesar de ello, el nivel de actividad actual se mantiene ligeramente por encima de lo registrado en la segunda mitad de 2024, lo que representa un avance relativo.

En términos de empleo y permisos de obra, las estadísticas —que tienen un desfase temporal respecto de la medición de actividad— evidencian un aumento tanto en la ocupación como en la superficie autorizada para construcción, dos variables que suelen anticipar el comportamiento del sector en los meses siguientes.

El comportamiento interanual es más alentador: el sector creció un 13,9% frente a junio de 2024, impulsado principalmente por obras privadas y, en menor medida, por proyectos de infraestructura pública aún en ejecución. No obstante, la disminución de la obra pública y las dificultades de financiamiento siguen siendo limitantes importantes para un crecimiento sostenido.

Índice Construya: un anticipo del desempeño sectorial

Un indicador que permite tener una visión adelantada del mercado es el Índice Construya (IC), que mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de insumos clave para la construcción, como cemento, ladrillos, aceros y otros materiales fabricados por las empresas que integran este grupo.

En julio, el IC registró una baja mensual desestacionalizada del 0,47% y una leve suba interanual del 0,10%. En el acumulado de enero a julio de 2025, el índice muestra un incremento del 9,20% respecto del mismo período del año anterior. Estos datos confirman que la construcción mantiene un ritmo de crecimiento moderado, aunque con fluctuaciones mes a mes.

Factores que influyen en el desempeño de la industria

La industria enfrenta un conjunto de desafíos que condicionan su evolución. Entre ellos, se encuentran la volatilidad de la demanda interna, la presión de costos asociada a la inflación y la competencia externa derivada de un tipo de cambio bajo en términos reales. Este último factor, junto con una mayor apertura de las importaciones, limita la capacidad de ciertos sectores para competir en precios.

La heterogeneidad sectorial es otro elemento relevante: mientras algunas ramas, como la refinación de petróleo o ciertos segmentos alimenticios, logran sostener o incrementar su actividad, otras —particularmente las que dependen de insumos básicos o de exportaciones industriales— muestran caídas significativas.

En este contexto, las oscilaciones mensuales no son sorprendentes y responden tanto a factores estructurales como coyunturales. Por ejemplo, la evolución de los precios internacionales de materias primas, la disponibilidad de insumos importados y las variaciones en los niveles de inversión privada pueden provocar cambios bruscos en la producción.

Factores que inciden en la construcción

El sector de la construcción también se ve afectado por variables macroeconómicas y regulatorias. Entre ellas se destacan:

  • Financiamiento: las restricciones para acceder a créditos hipotecarios y la escasa disponibilidad de líneas a largo plazo afectan la demanda de viviendas nuevas.
  • Costo de materiales: la inflación y la eliminación de brechas cambiarias impactan en el valor de insumos, muchos de los cuales tienen componentes importados.
  • Obra pública: la reducción de proyectos financiados por el Estado limita una fuente clave de demanda para el sector.
  • Informalidad laboral: el alto grado de trabajo no registrado en la construcción incide en la competitividad y en la capacidad de planificación a largo plazo.

A pesar de estos factores, la demanda privada, especialmente en el segmento residencial, ha mostrado cierta resiliencia, acompañada por inversiones en desarrollos inmobiliarios en zonas urbanas de alta demanda.

Perspectivas para el segundo semestre

Las proyecciones para la segunda mitad del año indican que tanto la industria como la construcción podrían experimentar un crecimiento débil y con marcadas oscilaciones. Para la industria, la evolución dependerá en gran medida de la estabilidad macroeconómica, la recuperación del consumo interno y la capacidad para diversificar mercados externos. El contexto cambiario y la apertura comercial seguirán siendo elementos clave a monitorear.

En el caso de la construcción, la continuidad del crecimiento dependerá de la dinámica de la inversión privada, el mantenimiento o ampliación de proyectos de obra pública y la evolución del costo de los materiales. La obtención de financiamiento será un factor determinante para sostener la demanda, en particular en el mercado de viviendas.

En comparación con los niveles previos de 2023, ambos sectores aún muestran una brecha significativa: la industria se encuentra un 10,3% por debajo y la construcción un 26,4% por debajo de esos valores. Esto indica que, a pesar de los avances interanuales y acumulados, la recuperación plena aún está lejos de alcanzarse.

Industria y construcción en junio: evolución dispar y perspectivas para lo que viene
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Un escenario de «serrucho»

Tanto la industria como la construcción se mueven actualmente en un patrón de comportamiento que algunos describen como un «sendero serrucho»: alternancia de meses de crecimiento y caída, con una tendencia general que no logra consolidarse. Este fenómeno refleja la falta de impulsores estables y sostenidos que permitan un desarrollo continuado en el tiempo.

En este marco, la planificación de inversiones de mediano y largo plazo se vuelve más compleja, ya que las empresas deben adaptarse a un entorno de alta incertidumbre y rápida variación de las condiciones.

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