Los alquileres aumentaron casi un 263% y duplicaron la inflación del 2024: «El mercado inmobiliario está de fiesta»

A un año de la derogación de la Ley de Alquileres, los precios para alquilar en Argentina crecieron de manera alarmante. Según datos de la Federación de Inquilinos Nacional, en 2024 los alquileres aumentaron un 262,8%, más del doble que la inflación anual registrada por el INDEC, que se ubicó en el 117,8%.

El titular de la Federación de Inquilinos Nacional, Gervasio Muñoz, advirtió sobre la gravedad de este panorama: “La campaña en contra de la regulación del precio del alquiler era para esto. El mercado inmobiliario está de fiesta mientras los inquilinos de la Argentina ya no sabemos cómo seguir pagando los alquileres”.

Uno de los efectos inmediatos de la derogación fue un notable incremento de la oferta inmobiliaria. El nuevo escenario también modificó las condiciones de los contratos de alquiler. La mayoría de los acuerdos para vivienda permanente se realiza en pesos con actualización atada al índice de precios al consumidor (IPC). Este esquema contrastó con la situación de 2023, cuando hasta el 70% de las publicaciones estaban denominadas en dólares.

El costo de alquilar en 2024

Pese a los incrementos generalizados, el precio medio de los alquileres registró un comportamiento mixto en 2024. En diciembre, los precios subieron un 2,3%, mientras que el aumento acumulado anual fue del 64,4%. Esta cifra es considerablemente menor al 260% registrado en 2023 y también inferior a la inflación, marcando la primera caída real desde 2019.

El costo promedio mensual de un departamento de dos ambientes alcanzó los $550.450, mientras que un monoambiente se alquila por $465.091 y uno de tres ambientes llega a $740.874.

El mercado inmobiliario argentino enfrenta una tensión entre el incremento de la oferta y la imposibilidad de acceso a viviendas por parte de una gran parte de la población. Mientras el sector celebra la flexibilización de las reglas, los inquilinos padecen un escenario cada vez más complejo. El debate sobre la necesidad de una nueva regulación que contemple los intereses de todas las partes sigue abierto.

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