Con la llegada de las bajas temperaturas, mantener el hogar cálido sin disparar el consumo energético se vuelve una prioridad. Existen varias estrategias sencillas y efectivas que ayudan a conservar el calor en el hogar, mejorar la eficiencia energética y reducir los costos en calefacción.
1. Aprovechar al máximo la luz solar
Durante el día, abrir cortinas y persianas permite que los rayos solares calienten naturalmente los ambientes interiores. Esta fuente de calor renovable puede reducir el uso de calefactores. Al caer el sol, se recomienda cerrar nuevamente las cortinas para conservar la calidez acumulada.
2. Aislamiento con doble vidriado hermético
Una opción eficaz para mejorar el aislamiento térmico es instalar ventanas con doble vidriado hermético (DVH). Esta tecnología, que incorpora dos paneles de vidrio separados por una cámara de aire sellada, no solo ayuda a mantener el calor en invierno, sino que también reduce el ingreso de ruido del exterior.
3. Cerrar puertas de ambientes no utilizados
Limitar el uso de espacios y mantener cerradas las puertas de las habitaciones que no se usan permite concentrar el calor en las zonas ocupadas, optimizando el funcionamiento de los sistemas de calefacción.
4. Ventilar con responsabilidad
Aunque el frío invite a mantener todo cerrado, es fundamental ventilar los ambientes, sobre todo si se utilizan estufas a gas. Una mala combustión puede generar monóxido de carbono, un gas letal si no se disipa adecuadamente. Además, la ventilación ayuda a prevenir infecciones respiratorias en espacios cerrados.
5. Sellar filtraciones con burletes
Las corrientes de aire frío que ingresan por rendijas en puertas y ventanas pueden contrarrestar el calor interior. Una solución económica es colocar burletes, que ayudan a sellar esos espacios y mejorar el confort térmico.
6. Cortinas gruesas como barrera térmica
Las cortinas confeccionadas con materiales densos cumplen un doble propósito: actúan como aislantes térmicos y estéticos. Reducen las pérdidas de calor por las ventanas y bloquean la entrada del aire frío.
7. Calefacción regulable
Contar con artefactos que permitan regular la temperatura es clave para evitar el consumo excesivo de energía. Se recomienda apagar los equipos cuando no haya personas en el ambiente y ajustarlos según las necesidades reales.
Aplicar estas recomendaciones puede marcar una gran diferencia no solo en la sensación térmica dentro del hogar, sino también en la factura de servicios y en el impacto ambiental del consumo energético.