El mercado inmobiliario argentino registró un notable incremento en las consultas y reservas de compra, especialmente en inversiones relacionadas con propiedades de pozo. Este fenómeno se ve impulsado por la nueva reglamentación de blanqueo de capitales, que permite a los inversores adquirir inmuebles de pozo de hasta 100.000 dólares sin enfrentar multas ni gastos impositivos. Estas propiedades son transferidas a través de boletos de compraventa, cesiones, fideicomisos o escrituras, lo que representa una oportunidad atractiva para quienes buscan blanquear fondos no declarados previamente.
Las inversiones en departamentos de uno, dos y tres ambientes, así como en oficinas, ganaron popularidad debido a su alta rentabilidad y la demanda de alquileres temporales, que ofrecen un rápido retorno sobre la inversión. Esta modalidad de alquiler temporal, muy buscada en áreas turísticas, permite la renta por día, semana o mes, dependiendo de la ubicación, lo que resulta beneficioso para los inversores.
La normativa de blanqueo ofrece incentivos para los inversores, especialmente en propiedades de pozo, pero también establece alícuotas para montos superiores a 100.000 dólares. Hasta el 30 de septiembre de 2024, la alícuota será del 5% sobre el excedente, aumentando al 10% hasta diciembre de 2024 y al 15% hasta marzo de 2025. Estas penalidades pueden ser compensadas si el dinero se destina a proyectos inmobiliarios iniciados después del 8 de julio de 2024 y que tengan un avance menor al 50%.
Los inversores deben realizar sus depósitos en una cuenta especial antes del 30 de septiembre de 2024 y destinar esos fondos a desarrollos que finalicen antes del 31 de diciembre de 2025. La seguridad y confianza en los desarrollos y los inversores son factores clave para asegurar el éxito de estas inversiones.