¿Comprar usado o construir? Radiografía de los costos actuales de la vivienda y su impacto en las decisiones inmobiliarias

La posibilidad de acceder a la vivienda propia sigue ocupando un lugar central en el imaginario colectivo. Luego de años de incertidumbre, muchas personas retoman el sueño de tener una casa y evalúan distintas alternativas: adquirir una vivienda ya construida o encarar un proyecto desde cero. En ese marco, entender los costos actuales de construcción se vuelve clave para tomar decisiones fundamentadas.

Uno de los primeros aspectos a considerar es el valor del metro cuadrado (m²) para construir. La cifra de partida ronda los 1400 dólares más IVA, lo que eleva el costo a 1547 dólares por m². Sin embargo, este monto varía ampliamente en función de la calidad de los materiales, el nivel de terminaciones y el tipo de vivienda proyectada. En construcciones de alta gama, los valores pueden alcanzar los 3000 dólares por metro cuadrado, o incluso más en casos excepcionales.

Este rango de precios establece un marco de comparación necesario para quienes están evaluando si conviene más construir o comprar una propiedad usada. Por ejemplo, si se toma como base una vivienda de 110 m², la opción más económica de construcción implicaría una inversión de aproximadamente 170.170 dólares, mientras que una casa de igual tamaño pero con características premium podría requerir unos 330.000 dólares.

Ahora bien, frente a estos montos, resulta útil comparar con el mercado de viviendas usadas. En muchos centros urbanos, el valor promedio del m² ronda los 1795 dólares. De este modo, una vivienda usada de 110 m² tendría un precio estimado de 197.450 dólares. Aunque esta cifra puede variar según la ubicación, estado de conservación, antigüedad y equipamiento del inmueble, ofrece un parámetro para analizar la relación costo-beneficio.

Factores que inciden en los costos

Uno de los elementos determinantes en la evolución de los costos de construcción es la cotización del dólar. En años anteriores, la inflación en pesos y las constantes devaluaciones hacían que los valores expresados en dólares resultaran más estables o incluso decrecientes. Sin embargo, la situación actual presenta un cambio de escenario.

Con un dólar que se ha mantenido relativamente estable durante varios meses, los costos en moneda extranjera comenzaron a subir. Esta estabilidad cambiaria, sumada al proceso inflacionario en moneda local, generó un incremento sostenido del costo en dólares de materiales, servicios y mano de obra.

El aumento no se explica por una única causa, sino que responde a múltiples factores. Por un lado, los materiales de construcción han experimentado subas en sus valores, aunque en algunos rubros se ha observado una cierta desaceleración. La apertura de importaciones permitió el ingreso de insumos a precios más competitivos, lo que alivió parcialmente la presión sobre los costos locales. Por otro lado, la mano de obra continúa en alza, impulsada por los reajustes salariales y las condiciones del mercado laboral.

Este doble movimiento —baja o estabilización de los insumos y aumento de los costos laborales— genera una tensión que termina por trasladarse al presupuesto total de las obras. La consecuencia es una variación constante de los valores de referencia, que obliga a una actualización permanente de los cálculos en cualquier emprendimiento de construcción.

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Costos actuales de una vivienda

Construcción premium y vivienda en barrios cerrados

El fenómeno se vuelve aún más evidente en los segmentos de alta gama. El costo de construir una vivienda premium en un barrio privado ha alcanzado cifras récord en lo que va del año. Levantar una casa de 315 m² con materiales y terminaciones de primer nivel requiere una inversión superior a los 1.232 millones de pesos, lo que equivale a casi 4 millones de pesos por m², incluyendo impuestos y honorarios profesionales.

Convertido a dólares, tomando un tipo de cambio paralelo, ese presupuesto ronda los 940.582 dólares, con un valor unitario de 2985,98 dólares por metro cuadrado. Estos valores se alinean con los estándares internacionales de construcciones de lujo, pero resultan elevados en comparación con otras opciones disponibles en el mercado local.

El incremento no es menor si se observa la evolución interanual. Doce meses atrás, la misma obra demandaba unos 747 millones de pesos, lo que implica un aumento del 65% en términos nominales. Más recientemente, entre enero y marzo del presente año, el costo total de la construcción premium creció más de 75 millones de pesos, registrando un alza del 6,6% en apenas tres meses.

Otro dato significativo es que estos valores superan ampliamente el pico histórico de abril de 2018, cuando construir una vivienda de 315 m² en ese mismo segmento costaba unos 572.279 dólares. El contexto actual no solo redefine los parámetros de la construcción de lujo, sino que marca un nuevo techo en términos de costos.

La elección entre construir o comprar

Ante estos escenarios, las personas interesadas en acceder a una vivienda se enfrentan a una decisión estratégica. Construir una casa puede ofrecer la posibilidad de adaptar el diseño a las necesidades personales, optimizar la calidad de los materiales e incorporar tecnologías sustentables desde el inicio. Sin embargo, implica asumir una serie de desafíos que incluyen la gestión de permisos, la contratación de profesionales, la compra y logística de materiales, y el seguimiento permanente de la obra.

Comprar una vivienda usada, en cambio, representa una alternativa más inmediata, con menor exposición a la incertidumbre del proceso constructivo, pero con limitaciones en cuanto a diseño, eficiencia energética y adaptabilidad. Además, el stock disponible en algunas zonas puede ser escaso o no responder a las expectativas del comprador.

El crédito hipotecario, que ha retomado un lugar en la discusión pública, se presenta como una herramienta clave para destrabar operaciones en ambos sentidos. En este punto, las condiciones del préstamo, los plazos de pago, las tasas de interés y la relación cuota-ingreso son variables que influyen de manera determinante en la elección final.

A su vez, la posibilidad de obtener financiamiento puede inclinar la balanza en favor de la construcción, siempre y cuando el crédito permita cubrir un porcentaje significativo de los costos y ofrezca estabilidad a largo plazo. En otros casos, el crédito puede ser la vía para acceder a una propiedad ya terminada, sin necesidad de atravesar el proceso constructivo.

Costos actuales de una vivienda

La perspectiva del mercado

Los actores del mercado coinciden en que el nivel de actividad está directamente vinculado con la estabilidad macroeconómica. En contextos de alta volatilidad, la tendencia suele ser la retracción, mientras que los períodos de mayor previsibilidad generan condiciones más favorables para el desarrollo de nuevos proyectos.

Aunque los precios han dejado de subir al ritmo vertiginoso de años anteriores, los costos siguen siendo elevados en relación con los ingresos promedio. Esta situación limita el acceso a la vivienda para amplios sectores de la población, lo que explica la búsqueda constante de alternativas más accesibles, como los desarrollos en zonas periféricas, los sistemas constructivos industrializados o las viviendas sustentables.

En algunos casos, la elección se orienta hacia opciones más compactas y eficientes, que permiten reducir la superficie sin sacrificar confort. También hay quienes optan por etapas de construcción progresiva, en las que se avanza por módulos a medida que se cuenta con los recursos necesarios.

La evolución de los precios de los materiales e insumos, así como los acuerdos salariales del sector, seguirán siendo factores clave para el análisis del comportamiento futuro del costo de construcción. La apertura de las importaciones continuará jugando un rol moderador, siempre que se mantengan las condiciones actuales en términos de acceso y competitividad.

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