A medida que llegan las temperaturas más agradables y los días se alargan, también se intensifican las lluvias en gran parte de Argentina. Este fenómeno, que se extiende desde octubre hasta marzo, tuvo un aumento en frecuencia e intensidad debido al calentamiento global. Las precipitaciones cada vez más intensas causan daños significativos a la vida cotidiana. Según el Banco Mundial, las inundaciones provocan una pérdida anual de US$1.000 millones en el país y empujan al 0,14% de la población a la pobreza cada año. Fenómenos similares se registraron en Europa, con países como España sufriendo catástrofes naturales de magnitudes sin precedentes.
Las causas de estas inundaciones son diversas, pero una de las principales es el crecimiento acelerado de las ciudades, que lleva a la impermeabilización del suelo. La construcción de pavimentos, edificios y estacionamientos impide que el agua de lluvia sea absorbida por el suelo, lo que provoca que se acumule en la superficie y fluya rápidamente, aumentando el caudal de ríos y arroyos cercanos.
En este contexto, surge una solución innovadora: los techos verde-azules. Estos techos combinan un sistema de vegetación en las terrazas con una unidad de retención de agua. Esta tecnología no solo mejora la calidad del aire y la biodiversidad, sino que también ayuda a gestionar las lluvias extremas, cada vez más frecuentes en el contexto del cambio climático. Al incorporar un reservorio debajo de las plantas, los techos verde-azules capturan entre el 70% y el 97% del agua de lluvia que cae sobre ellos, en comparación con solo un 12% que captan los techos verdes tradicionales.

La clave de esta solución está en su integración con sistemas de pronóstico meteorológico. Gracias a esto, el sistema puede anticiparse a las lluvias, liberando gradualmente el agua almacenada para hacer espacio y permitir una mejor captación de la lluvia futura. Esta capacidad de almacenamiento y gestión del agua ayuda a reducir las inundaciones, incluso en tormentas fuertes, sin la necesidad de ampliar los espacios verdes urbanos.
El impacto de esta tecnología fue analizado en Amsterdam, donde la compañía de agua Waternet utilizó el software Autodesk para modelar los beneficios de la implementación de techos verde-azules en un barrio. Los resultados demostraron que, si se aplicara a todos los techos adecuados de una ciudad, las inundaciones podrían disminuir en un 60%.
Marco Roos, ecólogo urbano del Museo y Centro de Biodiversidad Naturalis, subraya que el sistema logra un equilibrio entre diseño, estructura y procesos biológicos, buscando una ecología urbana lo más natural posible. Esta innovadora tecnología no solo se presenta como una solución eficaz para mitigar los efectos del cambio climático, sino que también ofrece un enfoque práctico y sustentable para las ciudades del futuro.