La tendencia ‘colour block’ que conquista interiores con creatividad, bajo presupuesto y mucho estilo
En un mundo en el que el espacio y el presupuesto son limitados, las soluciones inteligentes para la decoración del hogar se vuelven cada vez más populares. En este contexto, la pintura sectorizada —también conocida como pintura sectorializada o colour block— ha emergido como una técnica estética y funcional que está revolucionando el diseño de interiores. Con un simple bote de pintura, una plantilla y algo de cinta adhesiva, cualquier pared se puede convertir en un lienzo, y cualquier rincón puede transformarse en una zona con identidad propia.
Pero ¿en qué consiste exactamente esta tendencia? Lejos de los métodos tradicionales de pintura uniforme en paredes completas, la pintura sectorizada propone una nueva forma de entender el color en el espacio: se trata de aplicar pintura en zonas estratégicas, delimitando formas geométricas, franjas o bloques que, además de decorar, pueden servir para delimitar visualmente ambientes sin necesidad de construir muros ni recurrir a muebles voluminosos.

De las pasarelas a las paredes: la inspiración ‘colour block’
El concepto de colour block proviene del mundo de la moda, donde se emplean bloques de colores contrastantes para crear combinaciones vibrantes. Esta idea fue adoptada posteriormente por el diseño gráfico y, más recientemente, por la decoración de interiores. Con el auge de las redes sociales como Instagram y Pinterest, el colour block ha encontrado su espacio en miles de hogares, transformando estancias aburridas en escenarios llenos de personalidad con apenas unas pinceladas.
La periodista parisina Vanessa Scoffier fue una de las precursoras en implementar esta técnica con resultados memorables. Cuando se le encomendó la renovación del Hôtel Henriette en París, enfrentaba una restricción de presupuesto, pero tenía todo el tiempo del mundo para experimentar. Su solución: reinventar los cabeceros de las camas pintando franjas en las paredes, generando así puntos focales impactantes que dotaban a cada habitación de un carácter único.
Una solución decorativa y práctica
Uno de los aspectos más atractivos de la pintura sectorizada es su versatilidad. Se puede emplear para crear zonas diferenciadas en un espacio abierto —por ejemplo, un rincón de lectura, una pequeña oficina o una zona de juegos para niños— sin recurrir a paneles divisores, biombos o mobiliario extra. Esto resulta especialmente útil en viviendas pequeñas, donde cada centímetro cuadrado cuenta.
En habitaciones infantiles, por ejemplo, se ha vuelto habitual ver cómo las paredes y estanterías se transforman en áreas temáticas con pintura sectorizada. Una franja vertical de color sobre una estantería puede convertir un mueble genérico en el centro de atención del cuarto. Añadir un toque de color a la moldura de una ventana puede crear un efecto lúdico y encantador, todo sin cambiar la estructura original del espacio.
La técnica: accesible, económica y sin complicaciones
Otra de las grandes ventajas de esta técnica es que no se requieren habilidades avanzadas para implementarla. Con cinta de carrocero, nivel, rodillos o brochas y algo de paciencia, cualquier persona puede lograr un resultado profesional en pocas horas. No se necesitan herramientas caras ni reformas estructurales. Incluso hay quienes utilizan plantillas prefabricadas o proyectores para delinear formas más complejas.
Además, la pintura sectorizada permite experimentar sin miedo: si algo no convence, se puede repintar fácilmente. Esto abre la puerta a la creatividad sin el temor al error costoso.

Del interior al exterior: fachadas que destacan
Aunque su uso más común es en interiores, la pintura sectorizada también ha llegado a las fachadas. Cada vez es más común ver negocios que recurren a bloques de color en sus exteriores para llamar la atención de los transeúntes. En un paisaje urbano dominado por tonos neutros y estructuras uniformes, una explosión de color puede ser el mejor reclamo publicitario.
El atractivo visual que aporta esta técnica permite a tiendas, cafés y estudios destacarse sin necesidad de carteles ni iluminación costosa. Con un diseño bien ejecutado, la pintura sectorizada puede convertir cualquier fachada en un punto de referencia dentro del barrio.
Colores y combinaciones: sin reglas, pero con estilo
Una de las libertades que otorga esta técnica es la elección de colores y formas. No hay reglas estrictas: se puede optar por tonos pastel para lograr una atmósfera suave y relajante, o por combinaciones audaces —como verdes esmeralda, terracotas o azules eléctricos— para obtener un impacto visual más potente. El truco está en encontrar un equilibrio con el mobiliario y la iluminación del espacio.
En una cocina blanca, por ejemplo, un bloque de color como el verde carruaje puede no solo agregar carácter, sino también camuflar manchas habituales en zonas como el antepecho. En salones o comedores, las formas geométricas en tonos cálidos pueden crear sensación de amplitud o profundidad según el diseño elegido.

Un toque teatral y artístico
Más allá de lo decorativo, la pintura sectorizada también tiene un componente escénico. Sirve para destacar ciertos elementos del hogar como una vitrina con cerámica, una galería de fotos, o una pieza de arte. Al enmarcar visualmente estas zonas, se les otorga una jerarquía dentro del espacio, como si fueran escenarios dentro de una obra mayor.
Este enfoque también puede verse en cafés de estilo nórdico o bohemio, donde la pintura delimita zonas específicas del local —como áreas de trabajo, zonas de relax o puntos de venta—, todo sin recurrir a cambios en el mobiliario.
¿Por qué deberías probar la pintura sectorizada?
- Eficiencia espacial: ideal para viviendas pequeñas donde cada metro cuenta.
- Económica: solo requiere pintura, cinta y brochas.
- Fácil de aplicar: no se necesitan conocimientos técnicos avanzados.
- Estética: transforma ambientes con mínima intervención.
- Personalizable: infinitas combinaciones de formas y colores.
- Reversible: si no te convence, puedes pintar encima.
En definitiva, la pintura sectorizada no solo es una solución creativa para renovar tu hogar, sino también una forma inteligente de usar el color como herramienta arquitectónica. En lugar de construir paredes, se pintan; en lugar de comprar más muebles, se juega con las formas. Y lo mejor de todo: no hace falta ser diseñador de interiores para lograr un resultado impactante. Solo necesitas una idea, algo de pintura… y un poco de audacia.
Así que si estás pensando en dar un aire nuevo a tu casa sin meterte en obras, ni gastar una fortuna, puede que sea el momento de desempolvar los pinceles, dejar volar tu imaginación y unirte a la revolución del colour block. Porque, a veces, un simple trazo puede cambiarlo todo.
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