Construcción en 2025: cuánto cuesta levantar un inmueble en un contexto de costos en alza

El sector de la construcción atraviesa un período de fuertes tensiones en sus costos. Luego de un año marcado por incrementos que superaron el 120%, la pregunta que se repite es cuánto cuesta hoy levantar un inmueble y cuáles son las variables que más inciden en los presupuestos de desarrolladores, constructores y particulares. La respuesta no es sencilla: depende de múltiples factores que incluyen la evolución de la mano de obra, la volatilidad de los materiales, la presión de los gastos generales y la dinámica del mercado inmobiliario, que no acompaña con la misma fuerza los aumentos del costo de construir.

Un año de fuertes incrementos en los costos

Desde octubre de 2023, los costos de construcción acumularon una suba del 126%. Este porcentaje contrasta fuertemente con la evolución de los valores de venta de las propiedades. El metro cuadrado en pozo registró un incremento promedio del 23,82% en ese mismo período, mientras que el mercado de usados apenas mostró una suba del 9,15%. Esta brecha refleja un fenómeno claro: mientras edificar se encarece a gran velocidad, el precio al que se comercializan las unidades no logra acompañar esa dinámica.

La consecuencia inmediata es un achicamiento de los márgenes de rentabilidad para los desarrolladores, quienes ven cómo los costos suben a un ritmo muy superior al de los valores de venta. Para los particulares, que construyen una vivienda propia, la situación también genera incertidumbre, ya que un presupuesto inicial puede quedar desfasado en pocos meses.

El índice de costos en detalle

El Índice del Costo de la Construcción (ICCBA) ofrece una radiografía detallada de la evolución de los precios del sector. En junio de 2025, el índice registró una suba mensual del 0,6% y un aumento interanual del 26%.

Este indicador se construye en base a tres grandes componentes: materiales, mano de obra y gastos generales. Cada uno de ellos refleja un aspecto esencial de lo que significa llevar adelante una obra. Los datos muestran que, en los últimos doce meses, la mayor presión provino de la mano de obra, con un incremento del 43%. En segundo lugar, se ubicaron los gastos generales, que crecieron un 34,4%. Por último, los materiales exhibieron una suba más moderada, del 15,1%.

En términos absolutos, la mano de obra alcanzó un índice de 23.139,6 puntos. Este dato no sorprende si se tiene en cuenta que los acuerdos salariales y las paritarias impactan directamente en este rubro, y que cada revisión salarial de los trabajadores de la construcción repercute en forma inmediata en los presupuestos de las obras.

Construcción en 2025: cuánto cuesta levantar un inmueble
Construcción en 2025: cuánto cuesta levantar un inmueble

La evolución mensual de los costos

Si el análisis se centra en la comparación mes a mes, se observa un comportamiento diferente al interanual. Durante junio de 2025, el rubro que más se encareció fueron los gastos generales, con un aumento del 1,5%. En segundo lugar apareció la mano de obra, con un 1% de suba, mientras que los materiales mostraron la menor variación, apenas un 0,3% respecto al mes anterior.

Esta dinámica mensual evidencia la volatilidad que caracteriza al sector: mientras en determinados momentos los ajustes se concentran en los salarios, en otros meses lo hacen en los insumos necesarios para la construcción. Los gastos generales, que incluyen diversos costos indirectos de obra, suelen ser sensibles a variaciones vinculadas con servicios, energía y logística.

Materiales: factores que explican la variabilidad de precios

Los materiales constituyen una de las partidas más significativas de cualquier obra y, al mismo tiempo, son altamente sensibles a diferentes factores. Su valor no depende únicamente de la inflación general, sino también de la demanda y de la disponibilidad en el mercado.

  • Inflación: en un contexto de alta inflación, los productores y distribuidores de materiales trasladan con frecuencia las subas de costos a los precios de venta. Esto genera ajustes casi permanentes en insumos clave como el cemento, los ladrillos o la cal.
  • Demanda estacional: la construcción tiene momentos de mayor actividad, especialmente en períodos del año en los que las condiciones climáticas resultan favorables. En esas etapas, la demanda de materiales aumenta, y con ella los precios.
  • Disponibilidad y oferta: la escasez de determinados materiales en momentos de alta actividad puede provocar saltos de precios. Cuando la producción no alcanza a cubrir la demanda, los costos se disparan.

Este conjunto de factores explica por qué, más allá de la inflación general, los materiales de construcción pueden presentar variaciones puntuales significativas.

Precios de referencia de materiales en 2025

Al observar los precios concretos de algunos de los insumos más utilizados en obra, se dimensiona con claridad el impacto de los costos:

  • Bolsa de cemento de 50 kg: $9.780
  • Bolsa de arena fina de 30 kg: $2.990
  • 1.000 ladrillos comunes: $22.999
  • Bolsa de cal de 30 kg: $8.100
  • Piedra partida por m³: $78.000
  • Arena por m³: $31.050
  • Varilla de hierro 8 mm x 12 m: $105.570
  • Ladrillo hueco portante: $2.880
  • Placa de yeso estándar: $15.236,82
  • Bloque de cemento (13x19x39 cm): $1.740

Estos valores marcan la realidad de los presupuestos actuales. En muchos casos, los incrementos se perciben de manera más fuerte en insumos relacionados con el hierro y el acero, cuyo costo depende no solo del mercado interno sino también de factores internacionales.

Mano de obra: el motor que impulsa los incrementos

La mano de obra es el componente que más ha crecido en términos interanuales. Con un aumento del 43%, representa el principal motor detrás del incremento general del índice de costos. Este rubro incluye no solo los salarios básicos, sino también cargas sociales, aportes y beneficios que deben contemplarse en cualquier proyecto.

El impacto es doble: por un lado, asegura el ingreso de los trabajadores del sector, y por el otro, eleva de manera considerable los presupuestos. En obras de gran envergadura, donde la cantidad de trabajadores es elevada, cualquier ajuste salarial repercute con fuerza en el costo final.

Gastos generales: un rubro clave y muchas veces subestimado

Los gastos generales registraron un incremento interanual del 34,4% y, en términos mensuales, lideraron las subas de junio con un 1,5%. Se trata de un rubro que muchas veces se pasa por alto al pensar en el costo de una obra, pero que resulta central. Incluye erogaciones como seguros, alquileres de equipos, logística, servicios básicos y todo aquello que no forma parte directa de los materiales ni de la mano de obra, pero que resulta indispensable para la ejecución de la construcción.

Su peso relativo puede variar según el tipo de obra, pero en todos los casos constituye un factor a tener en cuenta en la planificación financiera de un proyecto.

La brecha con los precios de venta

El gran problema que enfrentan los desarrolladores es la disparidad entre los costos de construir y los precios de venta. Mientras los primeros crecieron más de 120% en un año, el valor de comercialización de las unidades lo hizo en proporciones mucho menores. El metro cuadrado en pozo subió poco más del 23%, y el usado apenas superó el 9%.

Esto significa que quienes deciden lanzar un proyecto inmobiliario ven reducida su rentabilidad. La ecuación se vuelve más compleja: los costos crecen rápido y los precios de venta no logran acompañar. En el caso de la vivienda usada, la brecha es aún más marcada, lo que desalienta la posibilidad de comprar para refaccionar y luego revender.

Construcción particular y autogestión

No solo los desarrolladores enfrentan este dilema. Las familias que deciden construir su propia vivienda también sufren el impacto de los costos. Un presupuesto inicial puede quedar desactualizado en pocos meses debido a los aumentos en materiales y mano de obra. Esto obliga a replantear plazos, ajustar metros cuadrados proyectados o directamente postergar obras.

En este escenario, muchos optan por la autogestión de la obra para intentar reducir gastos, aunque esta modalidad también implica riesgos vinculados con la calidad y los tiempos de construcción.

Perspectivas para el sector

La evolución futura del costo de la construcción dependerá de tres variables centrales: la inflación, la dinámica salarial y la disponibilidad de materiales. Si la inflación logra estabilizarse, los ajustes podrían moderarse. Sin embargo, si la inercia inflacionaria persiste, es esperable que los costos sigan en alza.

Del lado de la mano de obra, cada nueva negociación paritaria impactará directamente en el índice. Finalmente, la oferta de materiales y la capacidad de producción de las industrias vinculadas a la construcción serán determinantes para evitar picos de precios por falta de stock.

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