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Crisis en la construcción: 120.000 empleos perdidos, canteras al 25% y la obra pública como clave para la recuperación

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El sector de la construcción atraviesa uno de sus momentos más críticos en los últimos años, afectado por la paralización de la inversión estatal y la caída de la obra pública a nivel nacional. Los niveles de empleo se ubican en torno a los de la pospandemia, mientras que los especialistas advierten que el impacto de la crisis va mucho más allá: la construcción sigue siendo un motor clave para reactivar la demanda interna, incluso por encima del efecto de la baja de tasas o la recomposición del crédito.

Pérdida de empleo: una caída que no cesa

Entre noviembre de 2023 y julio de 2025 se perdieron más de 60.000 puestos de trabajo formales en la construcción, lo que representa un descenso cercano al 14%. Sin embargo, la caída total, incluyendo trabajadores subcontratados, asciende a unos 120.000 empleos en el mismo período, reflejando la magnitud de la crisis laboral en el sector.

El impacto no se limita al empleo. Indicadores clave de actividad, como el consumo de cemento y el índice de actividad de la construcción, muestran que si bien algunos niveles se mantienen ligeramente por encima del año anterior, otros indicadores continúan en terreno negativo, especialmente en el segmento de obra residencial, que incluye emprendimientos pequeños, reformas y ampliaciones.

A pesar de algunas diferencias entre los indicadores, todos permanecen muy por debajo de los niveles registrados hace apenas un año, mostrando un escenario de estancamiento y caída sostenida.

Empresas y empleadores en caída

La cantidad de empleadores registrados en la construcción también muestra descensos significativos. La reducción interanual supera el 10% en comparación con meses previos, lo que representa uno de los peores registros de los últimos veinte años. Entre empresas contratistas y subcontratistas, la cantidad de empleadores se encuentra en mínimos históricos, evidenciando la fragilidad estructural del sector.

Además de la reducción de empleadores, se observa un fenómeno de precarización laboral, con empresas que trasladan trabajadores de relación de dependencia al régimen de monotributo ante la falta de actividad, generando incertidumbre sobre la recuperación de los empleos y la seguridad laboral.

Canteras y capacidad productiva

La producción de insumos para la construcción también se ve afectada. Las canteras, esenciales para la industria, operan apenas al 25% de su capacidad instalada, frente a niveles históricos mucho más altos.

La disminución de la capacidad productiva no solo afecta la oferta de materiales, sino que también limita la formación de nuevos trabajadores. La mayoría de los empleados con experiencia poseen más de 15 años en el sector, y la falta de actividad dificulta la contratación y capacitación de personal nuevo.

Obra pública y expectativas de reactivación

El freno de la obra pública es uno de los principales factores detrás de la crisis. La planificación de nuevas obras de infraestructura genera expectativas, pero la recuperación dependerá de la ejecución efectiva de los proyectos y la disponibilidad de financiamiento.

Proyectos recientes contemplan inversiones en rutas, autopistas y caminos, con el objetivo de reactivar la demanda de materiales y mano de obra. Sin embargo, los expertos advierten que el monto presupuestado no siempre se traduce en ejecución real, por lo que la reactivación del sector dependerá de la implementación efectiva de las obras.

Impacto económico y social

La contracción del sector de la construcción tiene un efecto multiplicador significativo sobre la economía, afectando comercios, servicios, restaurantes y entretenimiento. La caída del empleo y la precarización laboral reducen el consumo de las familias, lo que genera un círculo de menor dinamismo económico que repercute en múltiples sectores vinculados a la construcción.

El efecto derrame del sector es considerable: cada salario perdido representa menos gasto en bienes y servicios, afectando la actividad económica local y la circulación de dinero.

Crisis en la construcción: 120.000 empleos perdidos, canteras al 25% y la obra pública como clave para la recuperación
Crisis en la construcción: 120.000 empleos perdidos, canteras al 25% y la obra pública como clave para la recuperación

Retos estructurales del sector

La situación crítica evidencia varios problemas estructurales:

  • Parálisis de la obra pública, que históricamente impulsa la economía privada.
  • Precarización laboral, con el traslado de trabajadores de relación de dependencia a regímenes más flexibles.
  • Baja producción de insumos, con canteras operando por debajo de su capacidad.
  • Reducción de empleadores y empresas, limitando la generación de nuevos puestos de trabajo.
  • Falta de capacitación y renovación de recursos humanos, dificultando la continuidad del sector a largo plazo.

Estos factores generan un escenario de fragilidad y estancamiento, que podría prolongarse si no se implementan políticas claras de impulso a la construcción y la obra pública.

Lo que puede venir en los próximos meses

Las expectativas sobre la recuperación dependen de varios factores:

  1. Ejecución efectiva de la obra pública, más allá de los montos presupuestados.
  2. Reactivación del crédito hipotecario y de proyectos privados, para impulsar la construcción residencial y comercial.
  3. Inversión en infraestructura, incluyendo rutas, autopistas y caminos, que generan demanda de materiales y mano de obra.
  4. Medidas de apoyo a empresas y trabajadores, para evitar la pérdida de empleos calificados y la precarización laboral.

Sin un impulso concreto de la obra pública y la infraestructura, la construcción seguirá mostrando niveles similares a los de la pospandemia, con un impacto negativo sobre toda la economía.

La construcción como motor de la economía

Históricamente, la construcción ha sido un sector estratégico. Cada inversión genera empleo directo, empleo indirecto y un flujo económico que alcanza múltiples sectores. La caída de la actividad frena este efecto multiplicador, limitando el crecimiento económico.

Además, el sector tiene un componente social relevante: los empleos son mayormente de mano de obra calificada y media, y su reducción afecta directamente la capacidad de consumo de las familias, repercutiendo en comercios, servicios y actividades culturales.

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