Iniciar el proceso de compra o alquiler de una propiedad es, sin dudas, una experiencia movilizadora que despierta múltiples emociones y expectativas. Sin embargo, junto con el entusiasmo y la ilusión, emergen ciertos riesgos que los potenciales compradores o inquilinos deben considerar. Las estafas inmobiliarias representan uno de los desafíos más comunes y peligrosos dentro del mercado de bienes raíces, abarcando prácticas fraudulentas que van desde anuncios falsos hasta la usurpación digital de identidad.
Desde el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Misiones (CCPIM), se advirtió sobre las estafas más frecuentes en la provincia: “Muchos caen en estos fraudes buscando ahorrar en honorarios o con la desesperación de asegurarse un lugar, especialmente en alquileres”, explicaron, asimismo destacaron que estas situaciones ocurren porque los individuos, en su afán por concretar una operación rápidamente, suelen pasar por alto ciertos protocolos de seguridad. Las estafas, señala, se basan en aprovecharse de la necesidad y urgencia de la gente.
Dentro de los engaños más usuales, se encuentra la solicitud de dinero solo para realizar una visita a la propiedad. Esto implica un pago que, muchas veces, es solicitado sin que el interesado pueda verificar previamente las condiciones del inmueble. “Piden dinero por mirar o incluso sin mostrar la propiedad. Nosotros, como profesionales, ofrecemos estos servicios con respaldo en honorarios, que son cobrados solo una vez cerrado el negocio y con un contrato firmado”, indicaron.
Otra forma de estafa, aunque menos directa, es el alquiler de propiedades sin un contrato formal. En estos casos, el propietario o arrendador ofrece una promesa verbal, y el inquilino se instala sin ninguna garantía formal. “Esto también es una estafa porque deja al inquilino en total desprotección: le pueden aumentar el alquiler arbitrariamente, echarlo sin aviso, y no tiene ningún resguardo. Por otro lado, el propietario también queda en riesgo de tener problemas con el inquilino, quien podría dañar la propiedad sin ninguna consecuencia”, explicaron desde el CCPIM, haciendo hincapié en la importancia de acudir a un profesional para formalizar cualquier acuerdo.
Cómo evitar caer en estafas
Para evitar caer en este tipo de estafas, es fundamental estar atentos a ciertos indicios que pueden anticipar una situación de riesgo. Uno de los más evidentes es que el precio del inmueble esté considerablemente por debajo del valor de mercado. Este tipo de ofertas suele ser tentador, especialmente para quienes buscan ahorrar, pero generalmente es un indicio de fraude. Además, se debe desconfiar de quienes se niegan a brindar la dirección exacta de la propiedad o piden información bancaria antes de cualquier visita.
En esta línea, otra señal de alerta es la solicitud de pagos por adelantado o la presión para que el interesado tome decisiones rápidas sin darle tiempo para revisar la documentación o consultar con un profesional. Las publicaciones que parecen proceder del extranjero o de cuentas sin identidad clara son, asimismo, causas de sospecha.
La falta de claridad y coherencia en la información proporcionada sobre el inmueble también es motivo de preocupación. En estos casos, recomiendan desconfiar si el vendedor no está dispuesto a mostrar la propiedad en persona o si ofrece descripciones vagas y contradictorias. Además, se debe evitar proporcionar copias de documentos personales o bancarios antes de la firma de cualquier contrato formal.
Recomendaciones para una operación segura
Ante este panorama, hay recomendaciones fundamentales para realizar una operación inmobiliaria segura y sin inconvenientes. Uno de los puntos principales es nunca enviar dinero ni documentación antes de tener un contrato formal firmado. Esto incluye no compartir copias de documentos de identidad o información bancaria hasta que no exista un acuerdo oficial.
Es aconsejable también verificar de manera independiente la información proporcionada sobre el inmueble. Consultar los registros públicos de la propiedad puede ser de gran utilidad, y es recomendable contar con la asistencia de profesionales del sector, como abogados o corredores inmobiliarios de confianza. Estos especialistas pueden realizar una revisión detallada de los documentos y asegurar que la operación sea transparente y legítima.
Dentro de los documentos a verificar, los títulos de propiedad y las escrituras son esenciales. La revisión exhaustiva de esta documentación garantiza que el inmueble esté libre de deudas o litigios que puedan afectar la transacción.
En el caso de haber sido víctima de una estafa inmobiliaria, es crucial actuar con rapidez y denunciar el hecho a las autoridades. Si ya se realizaron pagos, se recomienda tomar acciones legales de inmediato para intentar recuperar el dinero. Dependiendo de la gravedad de la estafa, el caso puede escalar a nivel penal, especialmente si existen múltiples afectados o si se han falsificado documentos.
Cuando el fraude incluye la falsificación de escrituras o certificados, la situación se vuelve aún más complicada y afecta directamente el sistema registral. Aunque la recuperación de los fondos puede ser difícil, un proceso judicial puede conducir a la resolución del conflicto. Sin embargo, estos procedimientos son, por lo general, largos y demandan la intervención de abogados especializados en el área.
El sistema judicial también tiene sus limitaciones cuando se trata de estafas en el mercado inmobiliario. Si bien un juicio puede resultar favorable, la restitución completa del dinero estafado no siempre es posible, especialmente cuando los bienes involucrados han sido transferidos o los estafadores han desaparecido. En estos casos, los costos judiciales y la duración del proceso pueden ser factores desalentadores para muchas personas.
El rol de los profesionales inmobiliarios en la prevención del fraude
Acudir a un profesional inmobiliario es una de las maneras más efectivas de evitar caer en estafas. Los corredores inmobiliarios, además de tener el conocimiento y la experiencia necesaria, están obligados a seguir regulaciones estrictas que protegen tanto a compradores como a vendedores. “Acudir a un profesional no solo brinda seguridad en la operación, sino que también asegura que todo el proceso se realice conforme a la normativa vigente”, explicaron desde el CCPIM.
El rol de los corredores inmobiliarios es especialmente importante en el caso de los alquileres, donde suelen ser los intermediarios entre propietarios e inquilinos. A través de contratos bien formulados y la verificación previa de la situación de cada inmueble, los corredores inmobiliarios pueden minimizar los riesgos y evitar que se presenten conflictos a largo plazo.