Los inquilinos con contratos vigentes bajo la Ley de Alquileres tendrán un leve respiro en septiembre, ya que el Índice de Contratos de Locación (ICL) mostró una desaceleración en su incremento, una situación inédita desde su creación en 2020. Según los datos oficiales, el ICL subió un 243,16% para el mes próximo, una cifra menor en comparación con el 247,56% registrado en agosto.
Este descenso, aunque leve, marca la primera vez en más de cuatro años que el índice presenta una baja intermensual, reflejando un cambio en la tendencia que había mantenido un ritmo constante de aumento desde junio de 2020, cuando fue establecido con la sanción de la Ley de Alquileres. Este índice, derogado a fines del año pasado por el Gobierno mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), había sido un dolor de cabeza para inquilinos, ya que vinculaba el aumento de los alquileres a la inflación y a la evolución de los salarios.

A modo de ejemplo, una familia que hasta agosto pagaba $100.000 mensuales por su alquiler, a partir de septiembre deberá abonar $343.160, un incremento importante aunque menor al que se esperaba antes de la desaceleración del índice. Este alivio es mínimo en comparación con el impacto acumulado por la inflación y los costos adicionales, como las expensas, que en julio pasado registraron un alza récord del 101,6% en lo que va del año.
El ICL se elabora tomando datos de los 60 días previos, razón por la cual recién ahora comienza a reflejar la baja en la inflación que el mercado inmobiliario observó en meses recientes. Las expectativas del sector apuntan a que esta desaceleración se mantenga en el próximo trimestre, anticipando una tendencia de caída en las comparaciones intermensuales. Sin embargo, para los inquilinos, la actualización sigue representando un desafío económico considerable, pese a esta primera señal de alivio en más de cuatro años.