La relación entre el ser humano y su entorno es un vínculo determinante para el bienestar y la calidad de vida. Cada vez más, lograr un equilibrio entre lo físico, mental y emocional se convierte en un pilar esencial de los desarrollos inmobiliarios. Este concepto, conocido como «wellness inmobiliario», busca diseñar espacios que promuevan la salud integral de quienes los habitan. A través de elementos como la iluminación natural, la ventilación, la calidad del aire, la acústica y el acceso a zonas verdes, se aspira a crear ambientes que favorezcan una vida armónica.
La certificación WELL, creada hace una década por el WELL Building Institute (IWBI) en Nueva Orleans, es una muestra de este movimiento. A través de sus normas, que se centran en medir y monitorear el bienestar de las personas en función de su entorno laboral, demostró tener un impacto positivo en la productividad y la calidad de vida de los empleados. Con más de 120 empresas alrededor del mundo sumándose a esta certificación, el WELL se consolida como un estándar global. Según expertos este tipo de certificaciones en los desarrollos inmobiliarios son muy importantes dado que las nuevas generaciones son cada vez más conscientes de que desean «vivir bien».
En Argentina, este interés comenzó a florecer, con 66 proyectos ya en proceso de certificación WELL. En ese sentido se tiene en cuenta aspectos como el diseño personalizado de oficinas, la incorporación de mobiliario ergonómico y el confort térmico son cruciales. Además, el acceso a opciones saludables de alimentación y espacios de actividad física o recreación, como gimnasios, contribuyen a crear ambientes que no solo son funcionales, sino que también impulsan la calidad de vida.
Cebe señalar la importancia de un enfoque integral en el wellness inmobiliario, donde el diseño es solo una pieza del rompecabezas. Expertos sostienen que esta tendencia tiene el potencial para transformar el sector inmobiliario.
Entre los aspectos fundamentales de este tipo de desarrollo se encuentran el diseño bioclimático, que aprovecha las condiciones naturales del entorno para mejorar la eficiencia energética y el confort interior; la incorporación de espacios verdes, que fomentan la conexión con el entorno natural; y la implementación de prácticas sostenibles que reducen el impacto ambiental. La tecnología también juega un rol clave, ayudando a monitorear y mejorar factores como la calidad del aire y otros elementos que impactan el bienestar.
El wellness inmobiliario es más que una tendencia, es una filosofía que promueve un estilo de vida consciente y saludable. Con una base sólida en el bienestar y la sostenibilidad, esta visión tiene el potencial de transformar la forma en que vivimos y trabajamos en los espacios urbanos. En un contexto de creciente conciencia social y ambiental, los desarrollos inmobiliarios que integren estos conceptos estarán mejor posicionados para atender las demandas de las nuevas generaciones, que buscan no solo un espacio para habitar, sino un entorno que favorezca su salud y bienestar en todas sus dimensiones.