Las certificaciones ambientales como LEED y BREEAM se convirtieron en un motor para transformar el sector de la construcción. Estas acreditaciones impulsan prácticas que reducen el impacto ambiental y garantizan sostenibilidad en todas las etapas del proceso. En este contexto, el acero se posiciona como un aliado estratégico debido a su alta reciclabilidad y trazabilidad.
La economía circular, que promueve la reconversión y transformación de los sistemas productivos, marca el rumbo de las tendencias internacionales. Para enfrentar este desafío, la industria de la construcción ha adoptado criterios sustentables que priorizan la preservación del medioambiente.
Obtener un “sello verde” para una construcción requiere cumplir con cinco principios fundamentales.
- Eficiencia energética: integrar fuentes renovables que reduzcan la huella de carbono es esencial.
- Gestión del agua: en un contexto de escasez hídrica, se prioriza el ahorro y la reutilización del recurso, evitando su desperdicio.
- Sustentabilidad del sitio: cada obra debe respetar y conservar la biodiversidad del entorno donde se desarrolla.
- Sistemas industrializados en acero: la producción en plantas controladas minimiza residuos y maximiza la eficiencia, gracias a tecnologías de vanguardia.
- Selección de materiales: los materiales deben ser reciclados, ecológicos o de bajo impacto ambiental, criterio donde el acero destaca por sus propiedades únicas.
El acero: un pilar en la construcción sostenible
Gracias a su capacidad para ser completamente reciclado sin perder propiedades, el acero es un material clave en proyectos sustentables. Su trazabilidad permite seguir su camino desde la materia prima hasta el producto final, asegurando un control total del impacto ambiental.
Además, su durabilidad prolonga la vida útil de las construcciones, disminuyendo la necesidad de reemplazos y, con ello, la generación de desechos. La innovación en los procesos de fabricación también redujo el consumo energético y las emisiones de gases, posicionando al acero como un producto más limpio y eficiente.
Certificaciones y sellos: un respaldo para el desarrollo sustentable
Certificaciones como LEED y BREEAM, presentes en más de 89 países, lideran la agenda global de sostenibilidad. En Argentina, estas certificaciones se aplican tanto a viviendas como a productos siderúrgicos. Ejemplos como el Sello Argentino de Sustentabilidad Ambiental (SAA) o la Declaración Ambiental de Producto (EPD) refuerzan la transparencia en los procesos y productos.
Estas herramientas, junto con las estrategias de descarbonización que adoptan las empresas del sector, forman una base sólida para un futuro más sustentable.
La combinación de certificaciones ambientales, innovación tecnológica y conciencia ecológica está impulsando un cambio progresivo en la construcción. En este camino, el acero brilla como un protagonista clave para lograr edificaciones más responsables y alineadas con las necesidades del planeta.