El e-commerce pone los cimientos del nuevo modelo de consumo en la construcción

El comercio electrónico dejó de ser una promesa y se consolida como una herramienta clave también en el sector de la construcción. En Argentina, el mercado de e-commerce en la categoría de mejoramiento del hogar ya supera los 40.000 millones de pesos y representa más del 10% del canal retail, un fenómeno impensado hace apenas algunos años para una industria tradicionalmente dominada por el canal presencial.

Aunque todavía lejos del 24% que alcanza esta categoría en Estados Unidos, el crecimiento en el país es sostenido y revela un cambio profundo en los hábitos de consumo. Plataformas como Mercado Libre registraron un aumento del 24% en la categoría de materiales de construcción durante el último año, siendo los impermeabilizantes y selladores los productos más demandados. Esta tendencia confirma que el comercio electrónico no es una moda pasajera, sino una evolución estructural del mercado.

La transformación fue acelerada por la pandemia, que forzó a consumidores y profesionales a adoptar nuevas formas de comprar. Hoy, tanto desde una oficina como directamente desde la obra, es posible investigar, comparar y adquirir productos constructivos desde cualquier dispositivo. Este nuevo comportamiento exige que las empresas estén presentes en el entorno digital con una propuesta sólida, accesible y confiable.

El desafío es claro: captar a un consumidor cada vez más digital. Según los datos del sector, el 67% de los compradores online tiene entre 18 y 49 años, lo que obliga a las marcas a repensar su estrategia. Para una industria donde el cliente promedio solía empezar a partir de los 30 años, adaptarse implica invertir en contenido técnico de calidad, mejorar la experiencia de usuario y garantizar la disponibilidad inmediata de productos.

En este contexto, la omnicanalidad se vuelve un factor clave. La combinación entre e-commerce y canales físicos permite atender mejor las necesidades del cliente, equilibrando conveniencia, velocidad y cercanía. En mercados avanzados como el estadounidense, el 30% de los productos de construcción ya se venden online, con un mix entre entrega a domicilio y retiro en tienda. En América Latina, países como Perú y Uruguay dan el ejemplo en cuanto a integración de canales y adaptación a las particularidades del consumidor local.

Pero vender no es suficiente. En una industria técnica como la construcción, el rol educativo del e-commerce cobra especial importancia. La generación de contenido útil, claro y confiable se convierte en una herramienta esencial para ayudar a los usuarios a tomar decisiones informadas: desde qué producto elegir hasta cómo usarlo. Esta información debe estar disponible en todos los puntos de contacto digitales: tiendas online, redes sociales, YouTube y marketplaces.

Además, más del 80% de los consumidores realiza una búsqueda online antes de decidir una compra. Quieren comparar, leer opiniones, entender si el producto cumple con sus necesidades. Esa búsqueda inicial ya forma parte activa del proceso de compra.

Empresas del sector han comprobado que el crecimiento no depende solo del consumidor DIY (“hágalo usted mismo”), sino también de una oferta digital pensada para profesionales, con presentaciones adaptadas a los requerimientos de obra. Esta visión más amplia es clave para capturar todo el potencial del canal digital.

Argentina, con su fuerte cultura digital y un ecosistema impulsado por plataformas como Mercado Libre y Mercado Pago, tiene una posición estratégica en esta transformación. Mientras otras regiones recién exploran la digitalización de pagos o la integración de canales, el país ya juega en esa cancha con ventaja.

El e-commerce en la construcción no es solo una tendencia. Es una oportunidad concreta y estratégica. Quienes logren entender este nuevo paradigma y actuar con agilidad, estarán mejor posicionados para capitalizar un mercado en plena expansión. El futuro ya llegó: y se construye, también, online.

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