Luego de un año en que los costos de construcción aumentaron fuertemente, muchos se preguntan cuánto cuesta levantar un inmueble hoy en Argentina. El panorama actual muestra un escenario de incrementos sostenidos, con un fuerte impacto tanto en materiales como en mano de obra, lo que obliga a revisar constantemente los presupuestos y a repensar la viabilidad de los proyectos, especialmente los destinados a vivienda.
Desde octubre de 2023, los costos de la construcción acumulan un aumento del 126%, un dato que genera preocupación entre desarrolladores, inversores y particulares. Este incremento se da en un contexto donde los departamentos en pozo registraron el mayor aumento de precio interanual en septiembre, alcanzando un 8,3%.
El escenario es complejo y refleja una tendencia que viene consolidándose en los últimos meses: construir en Argentina resulta cada vez más caro, y la suba de precios se mantiene por encima de la media general de inflación, afectando tanto a las grandes desarrolladoras como a los particulares que buscan edificar una vivienda unifamiliar.
Incrementos constantes en los costos
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina (INDEC) informó que el nivel general del índice del costo de la construcción (ICC) correspondiente a agosto de 2025, último mes relevado, registró una suba de 1,5% respecto del mes anterior.
Este aumento se compone de tres elementos clave: los materiales, que subieron un 1,9%; la mano de obra, con una variación del 1,1%; y los gastos generales, que tuvieron un incremento del 1,3%.
Estos valores reflejan una tendencia que no se detiene. A lo largo del año, el costo de los materiales de construcción se mantuvo como el principal factor de presión sobre los presupuestos. Cada rubro de obra —desde la estructura y la mampostería hasta las terminaciones— vio incrementos continuos que complican la planificación de obras a largo plazo.
Por su parte, los datos correspondientes a la evolución de los costos en la construcción privada de edificios destinados a vivienda muestran una suba mensual del 1,3% en agosto de 2025, con un acumulado de 11,5% en el año y un aumento interanual del 23,7%.
La variación mensual, aunque aparentemente moderada, tiene un efecto acumulativo significativo, sobre todo cuando se considera la sumatoria de incrementos en materiales, mano de obra y servicios complementarios. En ese mismo mes, los materiales aumentaron un 1,4%, la mano de obra un 1,1% y los gastos generales un 1,6%.
La presión de los materiales en los costos totales
El aumento de los precios de los materiales de construcción es uno de los factores determinantes del encarecimiento general. En el contexto inflacionario argentino, los valores varían con frecuencia, lo que dificulta estimar con precisión el costo final de una obra.
El portal especializado Mi Obra, que releva los precios promedio de los materiales día a día, muestra cómo el costo de insumos básicos puede fluctuar de una semana a otra. Las variaciones responden a múltiples factores, entre ellos la inflación, la demanda estacional y la disponibilidad de materiales en el mercado.
En primer lugar, la inflación general del país impacta de forma directa en la producción y distribución, generando ajustes continuos en los precios. Las empresas que fabrican cemento, hierro, ladrillos o materiales de terminación trasladan al consumidor los aumentos de sus propios costos, que incluyen desde la energía hasta el transporte.
En segundo lugar, la demanda estacional también juega un papel importante. Durante los meses de mayor actividad constructiva, los precios tienden a subir, especialmente en productos esenciales como cemento, ladrillos y cal. Los picos de demanda suelen coincidir con los meses más templados del año, cuando las condiciones climáticas permiten un ritmo de obra más acelerado.
Por último, la disponibilidad o escasez de ciertos insumos afecta su precio final. Cuando la oferta de materiales se reduce, ya sea por problemas logísticos o por mayores costos de importación de insumos intermedios, los precios suben aún más. Este fenómeno se repite en distintos períodos del año y contribuye a mantener la presión sobre el costo total de construir.

Los precios de los materiales más consultados
De acuerdo con el relevamiento realizado en el portal Mi Obra y en plataformas de comercio electrónico, los precios actuales de los materiales básicos de construcción en Argentina se ubican en los siguientes rangos:
- Bolsa de cemento de 50 kg: entre $10.400 y $11.950
- Bolsa de arena fina de 30 kg: entre $2.600 y $3.000
- 1000 ladrillos comunes: entre $160.000 y $280.000, según calidad
- Bolsa de cal de 30 kg: entre $7.500 y $10.000
- Piedra partida por m³ en bolsón: entre $78.000 y $125.000
- Arena por m³: entre $39.732 y $44.000
- Varilla de hierro de 8 mm x 12 m: entre $10.557 y $11.000
- 10 ladrillos huecos portantes: alrededor de $14.000
- Placa de yeso Durlock estándar (9,5 mm, 1,20×2,40 m): entre $13.000 y $17.200
- Bloque ladrillo de cemento (13x19x39 cm): entre $1.300 y $2.300
Estos valores, que representan promedios de mercado, sirven como referencia para calcular presupuestos de obra. Sin embargo, los costos finales dependen del tipo de proyecto, la escala, la ubicación geográfica y la logística de transporte.
En un contexto inflacionario, los precios pueden variar significativamente incluso dentro de una misma provincia o entre distintos proveedores. Por eso, quienes encaran una obra suelen revisar los precios de forma constante, ajustando partidas y tiempos de ejecución para evitar desfasajes presupuestarios.
Mano de obra y gastos generales
Aunque los materiales son los protagonistas del aumento del costo de construir, la mano de obra también juega un papel determinante. Los ajustes salariales acordados en paritarias impactan directamente sobre el costo total de la obra, y aunque las subas suelen ser más escalonadas que las de los materiales, su incidencia es significativa.
A esto se suman los gastos generales, que incluyen desde los servicios complementarios hasta los costos de dirección técnica, seguros y traslados. Si bien su peso relativo dentro del presupuesto total es menor, también sufren incrementos continuos, en línea con la inflación y con las variaciones en los precios de la energía, los combustibles y el transporte.
De esta manera, el conjunto de variables —materiales, mano de obra y gastos generales— mantiene al alza el costo de construir, sin perspectivas de una desaceleración en el corto plazo.
Una tendencia que condiciona el desarrollo inmobiliario
El incremento de los costos de la construcción en Argentina no solo afecta a quienes proyectan obras particulares, sino también a las empresas desarrolladoras y constructoras. En los proyectos inmobiliarios en pozo, por ejemplo, los ajustes de costos obligan a revisar las estructuras de precios de venta y las etapas de ejecución.
En muchos casos, los contratos incluyen cláusulas de actualización que intentan amortiguar el impacto inflacionario, pero no siempre alcanzan para cubrir las variaciones de costos reales. Esto genera una brecha entre el precio al que se comercializan las unidades y el costo de construirlas, afectando la rentabilidad de los emprendimientos.
Los proyectos de vivienda en pozo, que suelen requerir plazos largos de ejecución, son particularmente sensibles a estas variaciones. En la medida en que los costos suben más rápido que el ritmo de venta o de cobro de las cuotas, la ecuación económica se vuelve más compleja.
Por otra parte, el encarecimiento general de los materiales también repercute en el mantenimiento de viviendas existentes y en las pequeñas obras de refacción. Muchos propietarios postergan trabajos de remodelación o ampliación debido a los altos costos de materiales básicos como cemento, hierro o ladrillos.
El peso del contexto económico
La construcción en Argentina atraviesa un período marcado por la volatilidad de precios. La combinación de inflación sostenida, variaciones en el tipo de cambio y ajustes salariales impacta en toda la cadena productiva.
Los materiales que dependen de insumos importados o de procesos industriales con alto consumo energético suelen ser los más afectados. En cambio, los insumos de producción local, aunque menos expuestos a las fluctuaciones internacionales, también muestran incrementos constantes debido al encarecimiento general de los costos internos.
Este contexto de inestabilidad lleva a que los presupuestos de obra se tornen obsoletos en períodos muy cortos. Los constructores y desarrolladores deben recalcular constantemente los valores, lo que dificulta la planificación y el cumplimiento de cronogramas.
En este escenario, construir una vivienda en Argentina implica un desafío doble: por un lado, conseguir financiamiento o capacidad de ahorro suficiente, y por otro, enfrentar un mercado en el que los precios cambian cada mes.
Perspectivas para el sector
Aunque los incrementos actuales son menores que los picos registrados en años anteriores, la tendencia general sigue siendo ascendente. El ritmo de subas mensuales se mantiene constante y no se prevé una desaceleración marcada mientras persista la presión inflacionaria.
El desafío para los próximos meses será mantener cierta estabilidad en los precios de los materiales y en la oferta de mano de obra calificada. Las perspectivas del sector dependerán, en gran medida, de la evolución de la economía general y del comportamiento de la demanda de vivienda nueva.
En Argentina, la construcción sigue siendo un motor clave de la economía. A pesar de los incrementos en los costos, continúa generando empleo y movimiento en industrias asociadas, desde la metalurgia hasta la producción de materiales cerámicos. Sin embargo, la recuperación del poder adquisitivo y la estabilidad macroeconómica serán factores esenciales para que el sector logre consolidarse.
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