El achicamiento del espacio habitable, especialmente en departamentos de ciudades, está redefiniendo la manera de pensar y diseñar los dormitorios. Frente a ambientes cada vez más reducidos, la creatividad se volvió una aliada indispensable para lograr habitaciones que resulten prácticas sin perder calidez ni orden. En ese contexto, la ubicación de la cama —tradicionalmente en el centro del ambiente— comenzó a cambiar de forma notoria.
Tal vez te interese leer: Tendencias de interiorismo 2026: espacios cálidos, sensoriales, con texturas naturales y bienestar emocional
En los últimos años se consolidaron tendencias que priorizan hacer más con menos. La incorporación de muebles multifuncionales y soluciones ocultas se convirtió en una de las estrategias más utilizadas: camas con espacio de guardado bajo el colchón, sistemas abatibles o plegables y armarios empotrados permiten liberar superficie y optimizar cada metro disponible. A esto se suma una estética más minimalista, que apuesta por líneas limpias, pocos elementos y una sensación general de calma.
La organización del dormitorio también responde a nuevas reglas. Muchas guías de diseño sugieren evitar colocar la cama sobre la misma pared donde se encuentra la puerta de ingreso, ya que esa disposición suele entorpecer la circulación. En espacios pequeños, en cambio, es cada vez más frecuente ubicar la cama contra una pared o en una esquina, dejando el centro del ambiente despejado. Esta decisión no solo facilita el movimiento, sino que aporta una mayor percepción de amplitud.
Creatividad y redes sociales
El auge de estas ideas también se ve impulsado por las redes sociales, donde proliferan propuestas que buscan resolver situaciones extremas de falta de espacio. Una de las más comentadas en los últimos tiempos muestra cómo ubicar una cama matrimonial fuera del eje central de la habitación, incluso en superficies muy reducidas.
En un caso que se volvió viral, se tomó como ejemplo un dormitorio de apenas siete metros cuadrados. En ese escenario, un diseño convencional vuelve el espacio prácticamente inutilizable en pocos pasos, con puertas que chocan y circulación imposible. La alternativa planteada propone reorganizar el ambiente desde cero, priorizando la funcionalidad por sobre las disposiciones tradicionales.
La cama flotante como solución
Entre las ideas que ganan protagonismo aparece la cama flotante, una solución pensada para liberar superficie y sumar espacios de guardado. El sistema consiste en una base elevada, anclada a la pared con estructuras metálicas y refuerzos verticales, que permite incorporar muebles deslizables por debajo para almacenamiento. De este modo, la cama deja de ocupar el centro visual y funcional del ambiente.
La propuesta se completa con revestimientos livianos, paneles ecológicos y columnas ventiladas que ayudan a evitar problemas de humedad. El colchón y el acolchado aportan confort, mientras que un techo simple de yeso permite delimitar sectores y aprovechar el espacio superior para estantes abiertos. Allí, pueden ubicarse libros, objetos personales o incluso pequeños elementos de uso diario. La correcta ubicación de enchufes también resulta clave para integrar dispositivos electrónicos sin sumar desorden.
Funcionalidad como prioridad
Más allá de una solución puntual, estas tendencias reflejan un cambio de enfoque en el diseño interior: la funcionalidad comienza a primar por sobre otros criterios. Cada mueble cumple más de una función y cada decisión apunta a maximizar el uso del espacio disponible, sin resignar comodidad ni estética.
En dormitorios chicos, el desafío ya no pasa solo por dónde colocar la cama, sino por repensar el ambiente en su totalidad. Con creatividad, planificación y soluciones inteligentes, incluso los espacios más reducidos pueden transformarse en lugares habitables, ordenados y visualmente armónicos.
👉 Mantenete informado siempre, estés donde estés.
Seguinos en nuestro canal de Whatsapp 📲 https://t.co/whakJNoXxh pic.twitter.com/MCb1BvpOLZ
— misionesonline.net (@misionesonline) March 18, 2024
