La industria de la construcción en Argentina atraviesa un período de transformación que redefine los métodos tradicionales y abre nuevas posibilidades para viviendas, edificios residenciales, proyectos comerciales e incluso estructuras industriales. Hoy, la construcción ya no depende exclusivamente de los sistemas clásicos basados en hormigón y ladrillo. En su lugar, se observan alternativas modernas y sostenibles que incluyen la bioconstrucción con tierra, bloques de madera prefabricados, y sistemas de steel framing —estructuras de acero galvanizado combinadas con paneles aislantes— que utilizan materiales como lana de vidrio, poliuretano, celulosa o EPS.
En este contexto, el país cuenta con soluciones constructivas industrializadas que priorizan el acero como material principal. Estas técnicas integran la industria con la arquitectura para desarrollar proyectos llave en mano, asegurando un alto grado de diseño, eficiencia y control sobre los tiempos y costos de construcción.
La industrialización de la construcción
El enfoque de construcción industrializada se basa en la fabricación de componentes en planta y su posterior montaje en obra, minimizando la intervención en el sitio y reduciendo el impacto ambiental. Este método abarca desde casas y edificios residenciales hasta proyectos comerciales e industriales que requieren precisión en la planificación, certeza en los plazos y control de los costos.
Dentro de este paradigma, la construcción modular representa el máximo grado de industrialización. En este sistema, los módulos de viviendas o edificios se producen íntegramente en fábrica y se entregan completamente terminados, listos para ser habitados. Esto permite ofrecer soluciones habitacionales de calidad, eficientes y, en algunos casos, relocalizables, ya que los módulos pueden transportarse y ensamblarse en distintos sitios sin afectar su estructura ni su funcionalidad.
Ventajas de la construcción en acero
El acero, material central de estas técnicas, ofrece beneficios significativos tanto en términos de sustentabilidad como de desempeño estructural. Comparado con el hormigón, posee una menor huella de carbono y es 100% reciclable. Además, las estructuras de acero de alta resistencia utilizadas en estos proyectos son de fabricación nacional, lo que reduce la necesidad de transporte de materiales pesados y contribuye a un menor impacto ambiental.
Otro beneficio clave es el menor peso de la estructura, que permite reducir el tamaño de las fundaciones y el movimiento de suelos, minimizando la afectación del terreno y los residuos generados en obra. Al ser una construcción en seco, se evita gran parte de los desperdicios habituales de la construcción tradicional y se acelera notablemente el tiempo de ejecución de los proyectos. Además, la aislación térmica que ofrecen los paneles de steel framing y otros materiales utilizados asegura un mayor confort para los habitantes y contribuye a un consumo energético reducido.

El proceso constructivo de las viviendas modulares
La construcción modular sigue un proceso industrializado preciso. Una vez fabricada la estructura tridimensional de acero de alta resistencia, se procede con la colocación del piso estructural y los muros de steel frame. Posteriormente, se completan todos los componentes que integran cada módulo, incluyendo instalación eléctrica, preinstalación de aires acondicionados, agua potable, desagües, sanitarios, griferías, revestimientos, luminarias, pisos flotantes, porcelanatos, puertas, carpinterías de PVC con DVH, barrera de agua y viento, placas de yeso, aislación de lana de vidrio, placas fenólicas y cementicias, así como el revestimiento exterior.
Este nivel de industrialización asegura que cada módulo llegue al sitio completamente terminado, eliminando gran parte de los trabajos de obra húmeda que caracterizan a la construcción convencional. Esto se traduce en plazos de entrega más cortos, reducción de errores y estandarización de la calidad en cada proyecto.
Reducción de tiempos y costos
Uno de los principales atractivos de la construcción industrializada y modular es la certeza en costos y tiempos de obra. Mientras que un proyecto convencional puede extenderse durante meses o incluso años, una vivienda modular puede completarse en plazos de entre 60 y 90 días.
Un ejemplo de esta eficiencia es el primer edificio modular de seis pisos del país, que se fabricó en cuatro meses y se montó en obra en tan solo 28 días corridos. Gracias a la optimización de procesos, los próximos proyectos podrán reducir los plazos de fabricación a dos meses, logrando entregar 1.600 m² construidos en un periodo total de cuatro a seis meses desde el inicio hasta la entrega final. Este nivel de planificación y eficiencia es un diferencial clave frente a la construcción tradicional.
Opciones de vivienda y precios
Los desarrollos modulares ofrecen una amplia variedad de opciones para distintos segmentos del mercado, desde viviendas de 30 m² hasta 78 m², con configuraciones que incluyen uno a tres dormitorios y hasta dos baños completos. Por ejemplo, la vivienda modular de 30 m² tiene un costo aproximado de US$ 31.308, mientras que la casa modular de 78 m², con cuatro ambientes, tres dormitorios y dos baños, alcanza los US$ 76.613, incluyendo IVA.
En cuanto a edificios modulares, los valores varían según la ubicación y las características del proyecto. En Buenos Aires, el costo promedio es de US$ 1.300 por metro cuadrado más IVA, mientras que en localidades como Añelo asciende a US$ 1.700 por metro cuadrado más IVA. A medida que se incrementen los volúmenes de producción y se optimicen los procesos y materiales, los costos por metro cuadrado tienden a disminuir.

Sustentabilidad y eficiencia energética
Además de la rapidez y la precisión, la construcción industrializada con acero garantiza un alto nivel de sustentabilidad. La menor huella de carbono, el reciclaje del material y la reducción de residuos contribuyen a un impacto ambiental significativamente menor que en la construcción tradicional.
La eficiencia energética también se ve reflejada en la aislación térmica de los módulos, que reduce la necesidad de calefacción y refrigeración, generando un ahorro en consumo energético y una mejora en el confort de los ocupantes. Esta característica es particularmente relevante en contextos urbanos y suburbanos donde la eficiencia energética es un factor determinante tanto para costos operativos como para la sustentabilidad ambiental.
Industrialización y calidad
La industrialización permite estandarizar la calidad de los proyectos, asegurando un control más riguroso de materiales y procesos, minimizando errores y defectos que pueden surgir en obra abierta. Esto asegura seguridad estructural y durabilidad a largo plazo, combinando la precisión industrial con la flexibilidad arquitectónica para adaptar cada módulo a necesidades específicas sin sacrificar eficiencia ni calidad.
Construcción modular: una tendencia consolidada
La construcción modular y industrializada no solo ofrece rapidez y calidad, sino que también representa una solución frente a desafíos contemporáneos como la escasez de mano de obra especializada, la necesidad de obras más limpias y sostenibles, y la demanda de plazos de entrega reducidos.
La optimización de tiempos permite aumentar la productividad y reducir la incertidumbre que caracteriza a los proyectos convencionales, mientras que la planificación integral desde la fábrica hasta la obra asegura un control total sobre cada etapa del proceso.
Perspectivas de futuro
La meta de la industria es lograr una producción mensual de edificios modulares con plazos totales de entre tres y cuatro meses, manteniendo los más altos estándares de calidad y precisión industrial. La adopción de estas tecnologías permitirá consolidar un modelo de construcción eficiente, escalable y sustentable, capaz de responder a las demandas del mercado de manera rápida y confiable.
A medida que la construcción industrializada y modular se difunda, se convertirá en un estándar que combina innovación, eficiencia y sustentabilidad. Los desarrollos modulares permiten además una mayor flexibilidad frente a cambios en la normativa, ajustes de diseño o necesidades específicas de cada proyecto, fortaleciendo la adaptabilidad de la industria frente a escenarios variables.

La construcción industrializada y modular representa un cambio de paradigma en la industria de la construcción argentina. La utilización de acero de alta resistencia, la fabricación en planta y el montaje rápido en obra ofrecen ventajas claras en términos de tiempos, costos, sustentabilidad y eficiencia energética.
Desde viviendas de pocos metros cuadrados hasta edificios de varios pisos, este sistema garantiza calidad, precisión y personalización, con plazos de entrega que superan ampliamente a los métodos tradicionales. La tendencia hacia la industrialización en la construcción responde a los desafíos contemporáneos de vivienda y desarrollo urbano, y su adopción creciente indica que ha llegado para permanecer, transformando la manera en que se planifican, fabrican y habitan los espacios construidos en Argentina.
Tal vez te interese leer: https://construmis.com.ar/costos-de-construccion-el-indicador-camarco/





