En un contexto de recesión y de aumento sostenido en el precio de los materiales, la actividad de la construcción se vio seriamente afectada. Según datos recientes de septiembre, la demanda de materiales experimentó una caída del 28,6% en lo que va del año en comparación con el mismo periodo del 2023. La situación en Misiones no es diferente al resto del país, y las empresas locales están sufriendo los efectos de esta crisis.
Gian Franco Capovianco, gerente de una empresa misionera especializada en la producción de hormigón elaborado, compartió su visión sobre el estado del sector y sus expectativas para el próximo año. «Este parate que hubo en el 2023 y 2024 nos golpeó directamente, afectando a toda la industria de la construcción», señaló.
En ese sentido explicó que la caída de la producción fue importante: «Hay un hay una caída del 50% de la producción es algo que no pasa solo en Misiones sino en todo el país», agregó. Sin embargo, también mostró cierto optimismo al mencionar que el sector parece estar experimentando una recuperación leve, aunque esta depende en gran medida de la reactivación de la inversión privada y pública.
Asimismo Capoviano destacó la relevancia de la inversión tanto del sector privado como del público en el crecimiento y la estabilidad de la industria de la construcción: «La inversión pública es clave, ya que el gobierno es uno de los principales clientes en el sector, y su intervención en proyectos de infraestructura y obras residenciales es esencial para mantener el ritmo de producción», sostuvo. También subrayó la necesidad de que la inversión privada se reactive, ya que representa una fuente de crecimiento para las empresas y para la economía de Misiones en general.
Fialmente expresó sus expectativas para el 2025, confiando en que la situación mejorará si se impulsan nuevas inversiones y proyectos en Misiones. «Estamos preparados para atender la demanda y resolver los desafíos que se presenten», comentó. Además, enfatizó que es fundamental que la economía del país se estabilice para que el sector de la construcción vuelva a crecer.
Datos de la demanda de materiales de construcción
El Índice Construya (IC), que monitorea la evolución de las ventas de productos de construcción al sector privado, muestra un panorama preocupante. Según el último informe del Grupo, las ventas del índice en septiembre disminuyeron un 5,43% respecto de agosto y un 22% en comparación con septiembre del año pasado. Esta es la segunda baja mensual consecutiva tras varios meses de leve crecimiento. Entre los productos considerados en este índice se incluyen ladrillos cerámicos, cemento portland, aceros largos, carpintería de aluminio y materiales eléctricos, entre otros.
Las ventas acumuladas de enero a septiembre de 2024 están un 28,6% por debajo del mismo período en 2023. La entidad señaló que la recuperación de la actividad está directamente relacionada con la reactivación de las obras privadas. Además, mencionó el posible impacto positivo que podría tener una expansión en el crédito hipotecario, especialmente para aquellos que ya cuentan con terrenos o espacios donde construir, así como el uso de fondos blanqueados en el contexto actual.
En cuanto a los precios de los materiales de construcción, aunque estos experimentaron un aumento constante, las alzas fueron menos abruptas en los últimos tres meses. Se observó una fluctuación intermensual del 2% al 4% en promedio, y algunos productos, como la grifería, vieron incluso una baja en sus precios, con una disminución del 15% desde principios de año. Esta desaceleración en el aumento de los precios responde a una merma en la inercia inflacionaria, lo cual podría ofrecer un respiro para quienes buscan emprender nuevos proyectos de construcción.
Sin embargo, es importante aclarar que estos datos no son directamente comparables con el Índice ISAC (Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción) del INDEC, que mide diferentes parámetros y refleja el estado del sector desde otra perspectiva temporal. Esto puede generar una percepción confusa de la situación actual, por lo que es necesario analizar ambos índices con cautela.
Durante la etapa de alta inflación, la construcción logró mantenerse activa debido a que muchos ciudadanos optaban por convertir sus pesos en bienes duraderos como los materiales de construcción, anticipando que sus precios seguirían subiendo. No obstante, con la inflación en baja, las ventas comenzaron a normalizarse y ahora dependen más de la reactivación de las obras. Esto cambió la dinámica del sector, que necesita estabilidad económica para sostener una recuperación a largo plazo.